Estos perros callejeros están recibiendo sesiones de fotos dignas de estrellas. Para el proyecto de fotos “Shelter Pets” (mascotas de refugios), la fotógrafa estadounidense Tammy Swarek disfraza perritos rescatados en su refugio local, el Union County Animal Protection Society en El Dorado, Arkansas, para así, encontrarles un hogar.
En conjunto con su compañera, Tammy Michael, Swarek disfraza a perros en busca de una familia en divertidas y creativas vestimentas. Mientras que a unos perros se les pone outfits pensados sobre ideas en general, algunos reciben diseños pensados especialmente para ellos para poder contar una parte de la historia de sus vidas.
Por ejemplo, Swarek contó a ABC News que Big Dave, a quien pueden ver aquí abajo, fue fotografiado con un disfraz de chef pues fue devuelto al refugio después de haber comido carne asada de la mesada de la familia a la que pertenecía.
Hasta ahora, el proyecto ha demostrado ser todo un éxito. “Después de nuestra primera sesión, las adopciones de los perros que habíamos capturado subieron por las nubes “, dijo Swarek a ABC News.
“Verlos en este tipo de disfraces capta la atención de la gente”, agregó, remarcando perros como Gonzo (abajo). Después de haber publicado varias fotos de este amigo de cuatro patas en la web del refugio fue adoptado en menos de un día por haber sido fotografiado por Swarek y Michael.
Swarek llegó a esta divertida idea después de haber visto fotógrafos publicar proyectos similares en Facebook.
Swarek intenta continuar con esta iniciativa hasta haber tomado fotos de todos los perros en el refugio que, según remarca la fotógrafa, tiene el doble de perros que su capacidad y lucha para llegar con las donaciones que reciben.
Las fotos se han usado para hacer regalos que se pueden encontrar disponibles para comprar en Zazzle y Redbubble. Todas las ganancias son donadas al refugio. “No tenía idea cuán importante iba a ser este proyecto para estos perritos”, aseguró Swarek y agregó: “Estoy orgullosa por esto, estoy orgullosa de los perros y estoy orgullosa del refugio”.
Fuente: La Nación