Ofrecer sombra, agua de calidad y dietas frías están entre los consejos decisivos para que el ganado soporte el calor.

 

Las altas temperaturas y escasas precipitaciones afectan la nutrición, fertilidad y producción de rodeos destinados a carne y leche. Un animal estresado consume menos alimento, lo que impacta sobre su rendimiento.

En el caso de un tambo, el estrés calórico puede producir hasta un 20 por ciento menos de leche, mientras que, en rodeos para carne, puede verse afectada la ganancia de peso y fertilidad.

Por esto, los especialistas recomiendan estar atentos al comportamiento de los animales para identificar síntomas tempranos de estrés calórico y extremar la adopción de medidas de prevención que favorezcan el bienestar pecuario.

“Anticiparnos a los momentos de mayor riesgo resulta de vital importancia para hacer más eficiente la producción en esta época”, dice Joaquín Armendano, especialista del INTA Balcarce (Buenos Aires).

“Cuando la temperatura del ambiente supera los 25° y la humedad alcanza el 50 por ciento, durante períodos de tiempo prolongados (ola de calor), los animales se estresan, pierden bienestar”, agrega Miguel Taverna, experto en lechería del INTA Rafaela.

“En circunstancias extremas de estrés térmico, la producción de leche puede reducirse hasta un 40 por ciento. Esta situación no sólo afecta la cantidad, sino también la calidad, debido a que disminuye la concentración de proteína y materia grasa”, advierte este último especialista.

Las horas más críticas suelen producirse alrededor de las 15 y las 17, cuando se maximiza la temperatura ambiente. No obstante, durante una ola de calor el ganado suele estar sometido a estrés desde las 8 y hasta horas cercanas a la medianoche.

Al respecto, Taverna recomienda “la implementación de sombras y el enfriamiento directo de los animales mediante el uso de ventiladores y aspersores”.

De acuerdo con Jorge Ghiano, también del INTA Rafaela, “la inversión en estas herramientas es necesaria y se paga en dos años”.

Bajo estas condiciones, “todos los animales del tambo deben tener acceso libre a la sombra -natural o artificial- y a los bebederos, que tienen que contar con agua en cantidades y calidades óptimas”, dice Ghiano.

Asimismo, los técnicos destacan el manejo de la alimentación, en pos de priorizar pastoreos nocturnos y de madrugada y suministrar dietas frías, equilibradas y de mayor contenido energético. De este modo, el calor interno producido por el animal no será excesivo.

En rodeos destinados a la producción de carne, principalmente para sistemas de engorde a corral con suministro diario, Armendano sugirió que “administrar entre el 30 y 40 % de la ración a la mañana y el resto a la tarde ayuda a desacoplar el pico de calor metabólico del animal con el pico de calor ambiental”.

Según el técnico, los animales en ambientes cálidos logran reducir la carga calórica entre un 30 y 50 por ciento bajo la sombra. Para una disposición adecuada, es importante que el ganado tenga suficiente espacio para evitar el hacinamiento, entre dos y cuatro metros cuadrados por animal a una altura de entre tres y cuatro metros. “Estas dimensiones evitan cuadros de estrés que pueden favorecer el desarrollo de enfermedades”, agregó.

El especialista alentó a que los productores incorporen “el uso de pronósticos del tiempo en forma sistemática para planificar las actividades con la hacienda, en virtud de evitar llevarlas a cabo en días o momentos con altas temperaturas”.

26/02/2018

Fuente: Clarín