Rosario hará oficial hoy la entrega del primer carnet de identificación a un perro de asistencia. La labradora Paz acompaña a Brisa, de 9 años, que padece atrofia muscular espinal. La medida busca que la sociedad rosarina conozca las funciones del animal y que hasta hay una ordenanza que permite la libre circulación en distintos espacios.

Este acto busca concientizar a la sociedad de que Paz no es una mascota y que gracias a la ordenanza municipal nº 8.280, Brisa puede ingresar junto a ella a cualquier ámbito de la ciudad; sea público, de atención al público,privado de acceso público, y a todos los transportes públicos de pasajeros en Rosario (ver aparte).

La entrega se efectivizará desde las 9 en el Instituto Municipal de Salud Animal (Imusa). Allí, la intendenta Mónica Fein le entregará a Brisa Vanzini el primer carnet de identificación de un perro de asistencia. El animal fue asignado desde el programa Huellas de Esperanza, dependiente del Servicio Penitenciario Federal.

Bajo este programa, reclusas del Centro Federal de Detención de Mujeres de Ezeiza (Unidad 31) crían a cachorros desde los 45 días para luego, junto a una instructora, entrenarlos y destinarlos a ayudar a distintas personas con discapacidades motrices. De no mediar inconvenientes y tras algunas etapas de convivencia, es entregado a su nuevo dueño de forma gratuita.

Perros como Paz, quien ya tiene alrededor de 30 cuestiones aprendidas, están especialmente entrenados para abrir y cerrar puertas, cajones y heladeras; alcanzar y levantar objetos del suelo y prender y apagar luces e interruptores, entre otras funciones.

Sebastián, padre de Brisa, contó que la convivencia de Paz con la familia es “excelente” y que está definitivamente con ellos desde el 16 de julio pasado.

“Paz acompaña a Brisa a sus clases de inglés, cambió el humor de la familia y la actitud de Brisa. La hizo más independiente y con más actitud para sus terapias”, comentó Sebastián y agregó que la perra está “siempre atenta cuando a Brisa se le cae su celular o su cartuchera cuando hace los deberes”.

Respeto y conciencia

Desde la Dirección de Discapacidad municipal sostuvieron que “es necesario dar visibilidad a estas nuevas situaciones. La sociedad debe actuar con respeto y conciencia. Paz no es una mascota, es un animal de asistencia, un apoyo para Brisa. Es importante recalcar esto para que Brisa pueda circular con Paz por la escuela, la calle, los restaurantes y demás, sin sufrir ningún acto de discriminación”.

La directora de esa área, Adriana Ciarlantini, comentó que Paz, “por la ordenanza 8.280, tiene el derecho de libre acceso, permanencia y circulación en espacios públicos y espacios privados de uso público, como bares, restaurantes, hoteles, la escuela y cualquier lugar donde Brisa tenga que estar”.

“El perro no es guía, por lo que no es de uso permanente, pero sí es una asistencia en cuanto a algunas tareas o cosas que Brisa no pueda realizar por sus propios medios”, aclaró.

Ciarlantini subrayó además que “es importante recalcar que esto es un servicio nuevo que tiene Argentina, que entregan a los perros en forma gratuita”. Este punto lo marcó ya que, antes, para tener la posibilidad de obtener un perro de asistencia gratuitamente había que viajar a Estados Unidos.

“El carnet garantiza que el perro tiene el entrenamiento adecuado y las condiciones de sanidad para estar en los espacios que va a circular, que no va a haber posibilidad de que el perro interactúe con otras situaciones que no sean las que le indique su dueña. Además, garantiza que el perro está sano y que no porta ninguna enfermedad”, añadió.

A su vez, desde esa repartición brindaron información sobre cómo actuar frente a la presencia de un perro de asistencia: “En caso de que alguien vea a Paz y quiera acariciarla, debe consultar antes con Brisa para poder hacerlo. Esto es, simplemente, un mecanismo para que la pequeña se prepare”.

“Los bares, restaurantes y demás lugares se tienen que acostumbrar a la idea de que la persona puede ingresar con su perro de asistencia”, señaló.

En tal sentido, destacó que los comerciantes ” tienen la obligación de permitir el ingreso, en este caso, a Paz, que no es una mascota, no va a romper nada y no va a ir a comerse la comida por las mesas porque, justamente, está entrenada para no hacer eso”.

Fuente: La Capital