En la Patagonia es frecuente la ocurrencia de esta enfermedad en bovinos. Debido a que la misma suele confundirse con el carbunclo, es necesario un preciso diagnóstico diferencial, a los fines de coordinar y establecer un correcto plan preventivo.
El Sistema Regional de Salud Animal (Sirsa) del INTA Bariloche ha diagnosticado recientemente tres focos de hemoglobinuria bacilar en diferentes rodeos de bovinos ubicados en los departamentos Huiliches y Minas de Neuquén y del departamento Cushamen de Chubut. Los casos ocurrieron en animales que estaban pastoreando en zonas húmedas denominadas mallines.
El curso de la enfermedad fue rápido, con muerte de los animales dentro de las 24-36 horas luego de observarse los primeros signos clínicos consistentes en emisión de orina roja oscura e ictericia con coloración amarillento de las mucosas.
Cuando se realizaron las autopsias de los animales, en todos los casos se observó que la grasa subcutánea también estaba amarillenta y que en el abdomen había abundante líquido color rojizo.
Sin embargo, la principal lesión encontrada fue en el hígado, donde se detectaron focos de necrosis de aproximadamente 15 cm de diámetro por 10 cm de profundidad, de consistencia firme y con un borde oscuro y bien marcado. Este hallazgo es considerado una lesión patognomónica, es decir característica de esta enfermedad.
Además en todos los casos, se hallaron especímenes adultos del parásito fasciola hepática (también llamado Saguaypé o Pirigüín).
Ya en el laboratorio, cuando se estudiaron los órganos al microscopio, se observó extensa necrosis coagulativa y trombosis. Estas lesiones son características de la enfermedad, confirmando así la causa de la muerte de los bovinos por hemoglobinuria bacilar.
La hemoglobinuria bacilar es una enfermedad aguda causada por una bacteria llamada clostridium haemolyticum que prolifera y libera sus toxinas dentro del hígado. Las esporas de esta bacteria se encuentran en el medio ambiente, pudiendo sobrevivir varios años en el suelo. Al ser ingeridas junto con el pasto se ubican en el hígado y se mantienen en forma latente sin causar daño. Sin embargo, cuando el hígado sufre alguna lesión, como por ejemplo la causada por la migración de las larvas del parásito fasciola hepática, las esporas se activan y rápidamente las bacterias producen toxinas que son mortales para el animal.
Cuando se encuentra un animal muerto en el campo se suele confundir con un caso de Carbunclo, una enfermedad similar, pero producida por otra bacteria llamada bacillus anthracis.
El carbunclo o ántrax es una enfermedad infecciosa también de curso agudo, altamente contagiosa y se caracteriza por presentar muerte súbita, con arrojamientos sanguinolentos por los orificios naturales y agrandamiento del bazo. Sin embargo, en la Patagonia son escasos los reportes sobre mortandad por Carbunclo en bovinos.
Entonces, el primer paso hacia el éxito en el control de la hemoglobinuria bacilar es poder diagnosticarla y diferenciarla del carbunclo. Para ello es esencial la intervención del veterinario de terreno y del laboratorio de diagnóstico.
Una vez establecido el diagnóstico hay que implementar un plan de vacunación integrado con un programa de desparasitación contra Saguaypé. El plan de vacunación deberá generar una adecuada inmunidad basal desde la edad temprana del animal. Para lograrlo se deberán aplicar 2 dosis de una vacuna anticlostridial que contemple en su composición toxoides de Clostridium haemolyticum. La primera dosis se aplica a terneros de 4 a 5 meses de vida y la segunda dosis a las 3 semanas luego de la primera.
Sin embargo, la defensa generada por estas dos dosis de vacuna no es permanente con lo cual hay que aplicar entre 1 y 2 refuerzos anuales en los animales adultos, según el manejo particular de cada establecimiento.
Indefectiblemente el plan de vacunación se deberá acompañar con el control de fasciola hepática, con desparasitaciones estratégicas y cambios de potrero para disminuir la probabilidad de infestación en épocas de mayor riesgo.
23/09/2018
Fuente: RioNegro