El clima de la campaña aumenta el riesgo de enfermedades podales y mastitis. Es clave seguir de cerca a los rodeos de cría y lecheros, porque prevenir es más barato que curar.

 

Por Javier Confalonieri, médico veterinario

Uno de los problemas recurrentes en los rodeos bovinos durante estos días son las cojeras y las mastitis ambientales. Esto se está dando por la increíble cantidad de lluvias que se están produciendo, entonces los campos que no están inundados están con barro por doquier.

Este terrible exceso hídrico y de humedad hace que las pezuñas se ablanden y que, en terreno blando, no se pueda dar un desgaste adecuado del capuchón corneo. Esto, sumado al encierre al que se ven sometidos muchos animales que en condiciones normales están a campo, los pozos y encharcamientos alrededor de bebederos y comederos y los escasos lugares secos que quedan para dormir, hace que la pezuña se vaya macerando por el pisoteo constante en barro y materia fecal. Es mucho mas fácil que cualquier cuerpo extraño produzca una lesión en el espacio interdigital o en la suela y que ésta sea una fácil vía de entrada de agentes infecciosos, lo cual se potencia con la presencia de animales enfermos.

En los tambos, generalmente el personal está entrenado porque es lamentablemente un problema común, y se sabe cómo actuar o a quién llamar. De hecho, hay colegas especializados en “hacer patas”. En este caso solo resta como recomendación extremar las medidas precautorias dentro de lo posible, como ser pediluvios con cualquiera de las drogas con que están acostumbrados a hacerlos (Sulfato de Cobre al 3-5%, Sulfato de Zinc al 5-10%, u otros productos comerciales que funcionan muy bien). Si el pediluvio no es opción por carecer de las instalaciones adecuadas, el uso de un aspersor en los dos ordeñes del día, utilizando oxitetraciclina, es una excelente medida de prevención, y ahí es donde creo que hay que actuar en estas condiciones tan adversas.

Otra medida es el desvasado correctivo de todos aquellos animales que se sabe que presentan problemas de patas o tengan alguna mínima alteración podal. De más está decir que se deben extremar los cuidados en el pre y post parto, el cual es un periodo crítico en la aparición de estas patologías, ya sea previniendo la aparición de edema de ubre o cuidando la nutrición los 70 días posteriores al parto.

En el caso de las vacas de cría, estas afecciones no son frecuentes porque las condiciones productivas son totalmente opuestas a la lechería, y muchas veces no se detectan porque tampoco se ve a los animales en movimiento. Al estar echadas o comiendo parecen normales, y uno no ve la forma en que se desplazan. Además no se está todos los días en contacto con ellas, entonces cuando estos problemas se hacen evidentes, ya es un caso grave y no se cuenta con instalaciones adecuadas para desvasado o baños preventivos, por lo que es imperioso contar con un diagnóstico lo más temprano posible, para que el tratamiento sea efectivo.

La gran ventaja con la que contamos es la posibilidad de usar antibióticos, como ser Penicilinas o Tilmicosina. Pero la gran complicación que tenemos en esta época, son las bicheras. Es por eso que es tan importante la detección temprana de cualquier lesión o lastimadura, porque las gusaneras hacen destrozos irreparables en los miembros, además de favorecer todo tipo de infecciones.

Traten siempre de hacer un “seguimiento” de los animales enfermos. Esto no es dar una inyección y listo, en general se necesita reiterar los tratamientos y, fundamentalmente, las curaciones de las miases. Esto es particularmente complicado en ovinos, donde las miasis podales producen gran número de muertes. En todos los casos, una medida que nos ayuda con las cojeras, es el uso de sales minerales que contengan Cobre, Zinc, Selenio y el uso de vitaminas como ser la E y la B, que ayudan a la salud y el fortalecimiento de la pezuña.

El otro tópico que me interesaba tratar son las mastitis ambientales, las cuales son producto del medio que rodea las vacas. Y otra vez la prevención y extremar las medidas de higiene son la gran respuesta a estos cuadros.

El tratamiento de estas mastitis es poco exitoso y, en general, los cuartos mamarios se pierden, solo se realiza tratamiento para intentar salvar a la vaca. Entonces cobra suma importancia la limpieza de la sala de ordeñe, el corral de espera… Se que es todo un chiquero con estas lluvias, pero hay que hacerlo y, en forma primordial, limpiar los pezones: usar la rutina del preddiping, que es la desinfección del pezón y su posterior secado, previo a la colocación de la pezonera. Todo debe ser una rutina para que dé los resultados buscados. Despunte de los primeros chorros de leche, desinfección, correcto secado, ordeño y el posterior uso del sellador. Tampoco se debe hacer un sobre ordeñe (exceso de tiempo de la pezones) ya que mortifica el pezón y no deja el correcto cerrado del esfínter del mismo. El uso de los pomos de secado en los cuatro cuartos en tiempo y forma nos va a ayudar a reducir la incidencia de estas enfermedades.

La época es complicada, a los precios de la leche se les suma todo este desbarajuste climático y expectativas no muy claras del mercado, por lo cual es mucho más económico intentar, de cualquier forma, adelantarnos a los problemas que sí podemos mantener bajo control.

Es por eso que es decididamente la prevención nuestra mayor aliada en estos temas.

 

Fuente: Clarín Rural