En su momento era el adorable sobrino que, vestido todo de blanco, llevaba los anillos al altar. En algún momento se llegaron a realizar coreografías que dieron la vuelta al mundo. Así y todo, pocos esperaban que la nueva moda de los casamientos fueran… los perros. Llevar a la mascota a uno de los eventos más importantes para la vida de alguien significó un acto de creatividad para algunos, una obsesión para unos pocos y, por supuesto, un gran negocio para otros.
Katie Preston y Sam Stall son una pareja de estadounidenses que publicó el libro Wedding Dogs (Perros de casamiento), en el que recopilaron 75 historias íntimas sobre parejas que decidieron incluir a su animal en la celebración de su boda. La publicación está acompañada por imágenes tiernas y retocadas.
“Para mucha gente podrá sonar a algo absurdo y hasta innecesario, pero para gente como nosotros, los perros significan algo realmente importante en nuestras vidas. Los consideramos parte de nuestra familia, y ¿cómo no vamos a incluirlo en este momento único de nuestras vidas?”, detalló Preston.
Ante tal escenario, los preparativos caninos para el casamiento llegaron a ser tan importantes para los dueños como cualquier otro aspecto del evento. Hubo casos de dueños que llegaron a comprar esmoquin, moños, un set de peluquería especializada, cuidado de las pezuñas y hasta “vestidos” para las perras.
“Yo gasté 400 dólares en un tratamiento especializado con aceites vegetales para el pelo de mi perro e invertí otros 250 en un traje diseñado especialmente para la ocasión. ‘Shiny’ tenía que vestir con tanta elegancia como lo hacíamos yo y mi marido”, explicó Susan Travery, una joven de Cincinnati, en la red social Reddit.
El perro, principal testigo
Posiblemente, uno de los casos más emblemáticos de los últimos tiempos fue el de la pareja de Addie y Marshall Burnette, quienes decidieron ahorrarse el dinero del servicio de contenidos audiovisuales de su casamiento y convirtieron a su perro Ryder, un husky siberiano, en el camarógrafo de su boda.
La ceremonia fue realizada en la cima de Roan Mountain, Tennessee, donde la pareja había tenido su primera cita, diez años atrás, y el perro cargó con una cámara GoPro atada al collar en su lomo para registrar en video todo el suceso.
El material fue subido a Youtube a finales del 2015 y en apenas cinco meses ya obtuvo más de cinco millones de reproducciones.
“Recibimos muchos comentarios sobre lo buen camarógrafo que fue Ryder. Incluso, muchos lo compararon con sus ‘colegas’ humanos. Creo que es algo que otros dueños de perros podrían imitar, aunque no sé si la perspectiva de un chihuahua pueda ser útil para los novios”, explicó Addie Burnette.
El negocio, en alza
Ya casi ni genera sorpresa. Toda moda relacionada a los perros está acompañada por un boom económico del sector. Y la presencia de los perros en los casamientos no fue la excepción. Desde hace meses, las principales webs de accesorios para perros en Estados Unidos ya poseen entre sus opciones la alternativa de casamientos.
“The Posh Puppy Boutique” ofrece decenas de alternativas de collares, moños para la cabeza, adornos para collares, algún esmoquin o vestidos.
“Debido a la inmensa demanda que surgió en el último año, decidimos ampliar nuestra variedad de artículos relacionados a los casamientos. En poco más de un año, la venta de los artículos de gala se incrementó un 250%”, reveló Jennifer Kirk, la dueña de la empresa de accesorios.
Un “traje” de perro standard puede llegar a costar unos 300 dólares, mientras que un vestido para perras puede alcanzar la insólita cifra de 6.600 dólares.
Fuente: Infobae