Así lo indicó INTA Informa a través de un comunicado, donde técnicos de la entidad proponen la incorporación de técnicas de nutrición animal para tener mayores beneficios en la producción.

 

Los ovinos en la Patagonia se crían bajo circunstancias muy complejas y diferentes, en comparación a otras regiones del país, ya que el clima limita el crecimiento y disponibilidad de los forrajes de mejor calidad, lo que se traduce en una nutrición animal más “pobre”.

Por este motivo, técnicos del INTA en Puerto San Julián, provincia de Santa Cruz, recomiendan la incorporación de herramientas disponibles para optimizar los índices productivos, reducir las pérdidas, mejorar la condición corporal y el peso de las majadas.

Estas herramientas mencionadas, se basan en la suplementación estratégica y alimentación a corral.

Marcelo Aguilar, especialista en producción animal del INTA San Julián, indicó que “en la meseta Central Santacruceña, la producción de corderos es un subproducto de la explotación lanera con una marcada oferta estacional (de diciembre a abril)”, y agregó que “además, está limitada por las condiciones climáticas de cada año en particular y la disponibilidad del pastizal, entre otros aspectos”.

En este marco, la suplementación estratégica busca cubrir un porcentaje de los requerimientos del animal en un momento determinado, a diferencia de la alimentación o engorde a corral donde se suministra una ración completa sustituyendo al pastoreo.

Con el objetivo de reducir las pérdidas de animales posdestete, “cola de parición” y mejorar la condición corporal y el peso vivo de los corderos con destino a faena, el INTA Informa mencionó que se realizaron ensayos en dos establecimientos de la zona.

El engorde tuvo una duración de 56 días e incluyó 152 corderos de la raza Merino (machos y hembras de cuatro a siete meses de vida) destetados al momento del ingreso al corral.

La propuesta de alimentación a corral para corderos de engorde incluyó la incorporación de heno de alfalfa y alimento balanceado comercial.

En cuanto a los “cola de parición“, se los dividió en dos lotes: uno recibió una dieta de heno de alfalfa y balanceado comercial, y el otro, heno de alfalfa, maíz entero y un suplemento líquido proteico, energético y mineral. En todos los casos, la ración fue calculada sobre un 4 % del peso vivo promedio.

“Para nosotros los resultados fueron positivos”, aseguró Aguilar y explicó que “en el lote de corderos para faena, se obtuvo una carcasa con un peso promedio de 15,4 kilos al gancho, con un aumento diario aproximado a los 200 gramos”.

Para concluir, el técnico dijo que “en el caso de los corderos posdestete se mejoró el peso vivo, condición corporal y desarrollo”, y concluyó diciendo que “en ambas experiencias no se registró mortandad de animales durante la estabulación”.

07/08/2018

Fuente: Infocampo