La cantidad de calorías que ingieren y la falta de ejercicio pueden provocar un desorden peligroso, que puede acortar sus expectativas de vida.

La cantidad de calorías que ingieren los gatos y la falta de ejercicio o sedentarismo pueden provocar un desorden que puede llevarlo a la obesidad, acortando incluso sus expectativas de vida. “Lamentablemente, este trastorno nutricional es muy común en gatos, ya que son mascotas a las que les gusta estar acurrucadas y se mueven muy poco en el día”, destaca Patricio Moreno, médico veterinario de Mascotas Online.

Causas de obesidad en felinos
La causa más común es la sobrealimentación. Si las calorías consumidas exceden a las calorías gastadas, el gato engorda. Una manera de tener controlada la ingesta de calorías es suministrarles sólo alimentos envasados y formulados especialmente para gatos, así como dejar de lado las golosinas.

El envejecimiento es otro de los problemas más comunes. A medida que el gato se hace mayor, la tasa de metabolismo es más lenta, las articulaciones pueden llegar a doler y se vuelven menos activos. Todo esto puede dar lugar a la obesidad en un gato de avanzada edad.

Descubrir a tiempo la enfermedad
Al igual que los humanos, las mascotas deben velar por mantener un peso ideal, ya que la obesidad animal puede provocar las mismas dificultades médicas que en el hombre e, incluso, provocarles la muerte. Sufren el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, diabetes, artritis, hipertensión, asma, desórdenes gastrointestinales, enfermedades del hígado, de la piel, y problemas en la reproducción. Además, los gatos obesos tienen una expectativa de vida más corta que los gatos que mantienen un peso dentro de los rangos de normalidad.

Para saber si tu gato se encuentra obeso, un indicador aproximado es palpar sus costados. Debes ser capaz de sentir las costillas una por una, tienes que poder contarlas. Otra manera es mirar a tu gato desde arriba: debes ser capaz de ver su cintura, tu gato debe tener la forma de un reloj de arena o similar. La mejor manera para ayudarlo a bajar de peso es acudir a tu veterinario, quien te hará un plan de alimentación y ejercicios acorde a la raza y edad de tu gato.

Lo normal es que un gato adulto pese entre 3 y 5 kilos, aunque las razas grandes pueden llegar a superar los 6 kilos. Las hembras suelen pesar menos que los machos.

Es necesario considerar que hay ciertas condiciones en un gato adulto que pueden favorecer la ganancia excesiva de peso y llevar a un estado de sobrepeso u obesidad, por ejemplo, con respecto a la genética, los descendientes de obesos tendrán una mayor predisposición, al igual que los animales que desciendan de la cruza de dos razas diferentes.

Además, los gatos castrados tienen una mayor tendencia a padecer obesidad, debido a que los cambios hormonales disminuyen sus requerimientos energéticos, situación que se observa también en las gatas castradas. Por esto, se aconseja que, inmediatamente después de practicada la cirugía, se comience con una alimentación con menos calorías y se controle el consumo de alimentos.

Ya en la edad avanzada, se producen alteraciones en la composición corporal, los felinos -al igual que nosotros- pierden masa muscular con un aumento de grasa, por lo que debe controlarse su peso y estado corporal para compensar estos cambios sin afectar su salud y bienestar.

En los trastornos de obesidad felina -como en muchos otros-, el mejor tratamiento consistirá en la prevención durante su crecimiento y desarrollo.

Recomendaciones para evitar la obesidad
– Realizar evaluación corporal de forma periódica por un médico veterinario que incluya peso, dosis del alimento y frecuencia diaria de alimentación según raza, peso y edad del animal.
– No dar comida casera.
– Dar abundante agua.
– No sobrealimentar a las mascotas. Eliminar todo tipo de golosinas que no hayan sido formuladas para mascotas.
– Incrementar la actividad física. Una forma de hacerlo es mediante la utilización de juguetes, para estimularlos a realizar movimientos rápidos e impredecibles.
– Pesar a la mascota cada dos semanas durante el proceso de adelgazamiento.
– Asegurarse de que nadie le de alguna comida adicional al gato que esté en tratamiento, y que no tenga acceso a otro tipo de comidas.

Fuente: Clarin, Mi mascota y yo