Senasa destaca su rol en el control periódico de enfermedades, la inscripción en el Renspa y el estatus sanitario de nuestro país.
El 20 de septiembre se celebró el Día Nacional del Caballo en la República Argentina, establecido por la Ley 25.125. El caballo se encuentra arraigado a la historia del país y es parte de nuestra identidad cultural, además de cumplir un rol muy importante en el quehacer cotidiano de las actividades agropecuarias.
Durante las últimas décadas se incentivó la promoción y el desarrollo de la producción equina, lo que favoreció la cría de caballos de distintas razas para la práctica de diferentes actividades ecuestres, así como su exportación a diferentes mercados. Asimismo, la industria hípica asociada a la actividad deportiva le aportó al caballo argentino un alto valor agregado, ya que existe gran cantidad de equinos criados en nuestro país que se han posicionado en los mejores podios del deporte ecuestre mundial, promediando anualmente unos 3.000 equinos en pie que se exportan a diferentes destinos distribuidos en todo el mundo.
La producción de equinos en la Argentina presenta ventajas competitivas respecto a otros países en cuestiones geográficas, como así también en lo referente a la calidad sanitaria de nuestros caballos. Estás ventajas deben ser tomadas como un gran desafío para la industria hípica en general, en especial el estatus sanitario de nuestro país debe ser resguardado con el objetivo de consolidar y favorecer la producción interna y la comercialización a nivel internacional.
En este sentido, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) lleva a cabo diferentes tareas a lo largo y ancho del país en lo que se refiere al control de enfermedades de los equinos; por ejemplo, en el ingreso a eventos en los que participan equinos o para todos aquellos que se movilicen dentro del territorio nacional es requisito contar con la certificación negativa respecto a la anemia infecciosa equina, así como la correspondiente vacunación contra la influenza equina.
Estas enfermedades se encuentran bajo el Programa de Control y Erradicación de las Enfermedades Equinas que establece, para el caso de la anemia infecciosa equina, las zonas de control (norte y centro del país) y la zona libre de la enfermedad comprendida por el Partido de Patagones de la provincia de Buenos Aires y las provincias de Neuquén, Río Negro, Chubut, Santa Cruz, Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur.
En cuanto a la documentación necesaria para los movimientos dentro del territorio nacional se cuenta con la libreta sanitaria equina, el pasaporte equino y el certificado de anemia infecciosa equina, este último debe ir siempre acompañado por el Documento de Tránsito electrónico (DTe), los mismos son documentos que permiten verificar tanto la identificación de los equinos así como el cumplimiento de los requisitos sanitarios establecidos dentro de la República Argentina.
Es importante destacar que todos los propietarios, tenedores o responsables de equinos deben registrarse ante el Senasa, ya que es indispensable contar con el Renspa, Registro Nacional Sanitario de Productores Agropecuarios, para que los veterinarios privados acreditados en el Programa de Enfermedades de los Equinos puedan realizar la toma de muestras y solicitar los correspondientes análisis de sangre para la determinación de anemia infecciosa equina a los laboratorios habilitados por el organismo. Esto permitirá mejorar el registro de los establecimientos en los que hay equinos y de la misma forma actualizar sus existencias periódicamente, generando así información de utilidad sobre la población equina en la República Argentina.
Para concluir, se recomienda realizar el sangrado de los equinos al menos una vez por año, sobre todo en zonas de alta prevalencia de la enfermedad –independientemente si realizan o no movimientos–, para conocer cuál es el estatus sanitario de los mismos.
20/09/2023
Fuente: SENASA Noticias