La sequía demanda respuestas rápidas.
La sequía actual no es algo novedoso. Al igual que las inundaciones, forman parte del ecosistema pampeano. Sucede que el ciclo húmedo iniciado en la década del setenta obligó al productor a adaptarse principalmente a las inundaciones. Pero cada tanto, surgen períodos donde las lluvias desaparecen, como sucedió en 2008. A continuación, se brindan algunas sugerencias para afrontar la coyuntura en campos con ganadería de la región pampeana húmeda
En ese sentido, los verdeos más recomendables por su tolerancia a la falta de humedad son centeno, triticale, avena y cebada. En raigrás, si las lluvias son deficitarias, su producción será menor, demorándose su primer pastoreo. El trigo es una alternativa para siembras más tardías. El uso de fertilizantes, especialmente fósforo y nitrógeno, permite incrementar la producción y adelantar el primer pastoreo. Para eficientizar su uso debe haber humedad en el suelo, tratando de incorporar una parte del mismo para que la planta lo aproveche más rápido.
Para la siembra de pasturas, si ocurren lluvias, la fecha óptima se ubica de fines de marzo a principios de mayo. En pasturas base alfalfa y festuca alta, la inclusión de cebadilla criolla será útil para aumentar la oferta de forraje al primer pastoreo. No se recomiendan cultivos acompañantes, por ser competitivos y provocar pérdidas de plantas de las especies perennes.
En pasturas jóvenes degradadas por la sequía y sin gramón, luego de un pastoreo intenso se puede hacer una intersiembra con especies como raigrás anual diploide, cebadilla criolla y trébol rojo. El uso de arrancador en la siembra, por ejemplo fosfato diamónico, favorecerá el rápido establecimiento.
Lotes de soja
Los lotes de soja que hoy son pastoreados podrán destinarse a verdeos que aprovecharan mejor el nitrógeno que deja la soja. En lotes que provengan de cultivos agrícolas y sin malezas, y que nuevamente sean destinados para agricultura, se recomienda retrasar el barbecho químico para que al momento de pastorear su rastrojo, se permita el crecimiento de malezas con alta palatabilidad, como por ejemplo, capiquí, nabos, verónica y perejilillo.
En los cultivos de maíz para silaje la situación es variable dependiendo del agua acumulada previo a la implantación. En general, las siembras de octubre/noviembre presentan acumulaciones de forraje adecuadas. Las fechas más tardías (diciembre/enero) fueron las más afectadas, como también aquellos lotes sembrados en forma temprana luego de un verdeo de invierno con baja humedad en el suelo. En estos casos habrá que prever una fuente de forraje adicional para el invierno.
Los silajes de maíces tempranos tendrán mayor cantidad de grano y su calidad será superior, siendo clave la planificación de su uso. Se recomienda identificarlos y asignar los mejores a las categorías de mayores requerimientos. A los silajes con poco grano se les debería incorporar concentrados energéticos para mejorarlos o destinarlos a categorías de bajos requerimientos como vacas en fin de lactancia o secas.
Los rastrojos de maíz conviene pastorearlos en pie antes que hacerlos rollos, así el animal puede seleccionar manteniendo su peso o tener pequeñas ganancias. Los rollos de rastrojos no permiten ganancias de peso si no se los suplementa. Su empleo es para categorías de bajos requerimientos por un período de tiempo acotado. Esta campaña constituye un desafío mas para el productor. Estas circunstancias obligan más que nunca a ser eficientes en el uso de los recursos para afrontar la coyuntura.
24/03/2018
Fuente: La Nación