La revolución en el campo llegó para quedarse. Al respecto, Aníbal Pordomingo dio a conocer qué implica una ganadería más precisa e inteligente.

 

Como todos los años, el INTA Manfredi (Córdoba) fue sede del Curso Internacional de Agricultura y Ganadería de Precisión y Expo de Máquinas Precisas. En su 17° edición durante los días 19 y 20 se presentaron diversos bloques dedicados a las novedades sobre la tecnificación y digitalización del agro en Latinoamérica, el automatismo de la maquinaria agrícola y la ganadería de precisión.

El ingeniero agrónomo Aníbal Pordomingo del INTA Anguil, La Pampa, uno de los expositores, proporcionó datos sobre el mundo de la ganadería 4.0.

“La ganadería está intentando incorporar tecnología  de precisión asociada a la informatización, la robotización, la automatización de procesos, y ya hay algunos desarrollos especialmente en otros países”, y agregó: “Recién en los últimos años las tecnologías se miniaturizaron y abarataron como para que el sector agropecuario pueda utilizarlas porque si no sería muy oneroso y complejo”.

Si Argentina quiere jugar en primera en la exportación de carne, tendrá que subirse a la vanguardia de la ganadería de precisión. Al respecto, Pordomingo fue claro y contundente: “Los países que están compitiendo en el mercado internacional usan todas estas tecnologías, y muchas de las exigencias de las gestiones sobre los protocolos de compra van a demandar información del proceso de producción. Así que la única manera de relevarlo con homogeneidad y cierta sistematicidad es mediante tecnologías de automatización”.

De acuerdo a lo expresado por el especialista del INTA Anguil, la automatización en la ganadería  brinda gran cantidad de información, mayor eficiencia y ahorro de tiempo en los procesos, mejor trato con los animales, control de las emisiones de gases de efecto invernadero, entre algunas de las características.

PAÍSES CON LA ÚLTIMA TENDENCIA

Argentina aún se encuentra en una etapa muy primitiva de adopción de  tecnologías relacionadas a la ganadería de precisión. En este sentido, Pordomingo, expresó: “Algunos productores de punta están incorporando sistemas de caravanas de animales no solo por las obligaciones sanitarias del Senasa, sino para uso interno de las empresas. Se pueden utilizar para localizar el individuo en un grupo y poder seguirlo, conocer su peso, su comportamiento e incluso hay quienes están pensando en incorporar caravanas activas”.

Para el ingeniero, en los próximos cinco años habrá una explosión de estas tecnologías en Argentina. Hay empresas nacionales que están imaginando producirlas localmente para no tener que importar esos equipos, ya que se pueden adaptar y desarrollar a nivel local. “Estamos armando un convenio con Australia que quiere generar una idea integrada entre balanzas y comederos inteligentes”, comentó.

“Australia lidera esta tendencia de ganadería de precisión porque quieren controlar costos, tienen problemas de mano de obra, de accesibilidad a algunos lugares, están inventado sensores automáticos en puntos críticos para no gastar horas hombres, horas vehículo y caminos. Estados Unidos también, tal vez con menos interés, porque tienen un sistema de producción ganadero más industrializado”, describió el técnico.

La vidriera de la ganadería de precisión

Pordomingo hizo referencia a diferentes casos de automatización y digitalización en la ganadería. Para tomar dimensión de todo lo que es capaz de hacer la tecnología, compartimos algunos ejemplos.

“Hay sistemas automáticos de detección de animales que están en grupos pero al acercarse a un comedero, este puede decidir a qué animal darle qué tipo de suplemento. El animal está chipeado, tiene una caravana y con eso se identifica al llegar al comedero. El sistema puede ser actualizado en forma remota”, describió Pordomingo.

Luego, se refirió a los comederos inteligentes que registran todo el alimento que el animal va a retirando, se puede saber cuánto come, cuándo, cuál es el comportamiento de los animales vinculado a determinadas temperaturas. “Al saber cuánto come ese animal se puede asociar a su cambio de peso y con eso sacar un indicador de eficiencia de conversión, que también se asocia a otro indicador de consumo residual. En la medida que uno pueda medir en forma continua y detallada puede vincularlo a su carga genética y a la de sus padres”, agregó.

Entre las novedades, también aparecen las barreras virtuales. Según comentó el especialista se podrían reemplazar los alambrados eléctricos convencionales. Con posicionamiento satelital de los animales, con pequeños chips que tienen un GPS a partir de los cuales se puede saber dónde están y si esa señal se vincula a un estímulo en el animal que es una pequeña batería, generan estímulos positivos o negativos en el animal hacia ciertos sectores. “Así se puede ordenar el pastoreo de parcelas y lotes, o hacerlo transitar a lugares que son muy difíciles de acceder con vehículo o a caballo”, resaltó.

Mejor tarde que nunca

En diálogo con Pordomingo surgió la pregunta ¿Por qué la precisión a la ganadería llegó más tarde que en la agricultura? A lo que respondió: “La ganadería siempre fue más compleja, es un proceso de transformación secundaria, intervienen animales, son seres más complejos, animales que se mueven y hay que alimentar. En el caso de los bovinos es más complicado porque son más grandes; en cambio, en aves y cerdos llegó muy rápido, hace tiempo fue instalado”.

Entre otro de los argumentos, indicó que Argentina no tuvo un boom de negocio internacional de ganadería y de tracción de demanda sobre el precio como lo tuvo con la agricultura. Sumado a eso, resaltó que el avance tecnológico en maquinaria también acompañó, ya que brinda más  posibilidades de colocar sensores y mayor control que ponerlo sobre animales, que son menos predecibles que una máquina.

“La carne estuvo mucho tiempo con un rol muy secundario en la economía, más bien de abastecimiento del mercado interno, sin una explosión de precios. Ahora cuenta más apertura hacia los mercados globales y una expectativa de que el único eje de crecimiento posible de la ganadería es la exportación”, aseguró Pordomingo.

¿Amenaza laboral?

Al ser consultado por las desventajas que podría tener la ganadería de precisión, explicó: “Eventualmente puede desplazar alguna mano de obra, una mano de obra que ya no existe. Hay muy poca gente que esté dispuesta a trabajar en el campo y quienes están dispuestos, lo quieren hacer en procesos de mayor calidad”.

Según su mirada y experiencia en el tema, probablemente aparezca más gente interesada en gestionar sistemas automáticos, en aprender a dar de comer con sistemas inteligentes o poner comederos suplementadores o controlar barreras virtuales que gente dispuesta a caminar hacia potreros para poner un boyero eléctrico. En este sentido, aclaró: “Desde ese punto de vista, la pérdida de mano de obra es bastante relativa”, y analizó: “No va a desplazar la mano de obra, quizás exija mano de obra un poco más calificada”.

Por último, reflexionó: “Toda esta tecnología ayuda a que nos convenzamos que en el sector ganadero necesitamos darle mejor calidad de vida y mejores expectativas  a las personas involucradas”.

27/09/2018

Fuente: AgrofyNews