Ya se hicieron 800 clonaciones En Corea, por 100.000 dólares un centro de investigación permite tener una mascota idéntica a una fallecida.

A 100.000 dólares por cabeza, los cachorros que corretean en una pradera cercada en el oeste de Seúl no son lo que se dice baratos, pero al menos sus amos saben exactamente por lo que pagaron: una mascota idéntica, por dentro y por fuera, a la que un día perdieron.

Uno de los perros clonados, con su cuidadora

El prado pertenece a la Sooam Biotech Research Foundation, líder mundial del próspero negocio de la clonación de animales de compañía, que lleva una década ofreciendo a los dueños de perros pudientes una mascota que los acompañe para siempre… literalmente. Con una lista de clientes que incluye príncipes, famosos y millonarios, la fundación ofrece a los dueños protección contra pérdidas y daños, con un servicio de clonación que promete el perfecto remplazo para el animal amado.

Un perro en la fundación Sooam Biotech

Desde 2006, la compañía clonó cerca de 800 perros, a pedido de propietarios o de agencias estatales que buscan una réplica de sus mejores sabuesos antidroga o de salvamento. “Es gente que tiene lazos muy fuertes con sus mascotas y clonarlos les da una alternativa psicológica al método tradicional de dejar al animal irse y guardarlo en la memoria”, explica Wang Jae-Woong, investigador y vocero de Sooam.

El trabajo en el laboratorio del instituto coreano

“Con una clonación, se tiene la posibilidad de traer de vuelta a la mascota” perdida, asegura desde la “sala de cuidados” de la fundación, donde cada cachorro clonado es guardado en una jaula con paredes acristaladas y temperatura controlada mientras los investigadores monitorean la salud del animal.

Ovarios de cerdo, de los que toman óvulos para la clonación

Desde el nacimiento de la oveja Dolly en 1996, la prehistoria para el mundo de la clonación, los aciertos y errores de esta técnica generaron polémicos debates y Sooam Biotech fue siempre mirado con recelo, especialmente por su fundador, Hwang Woo-Suk. En dos artículos publicados en la revista Science en 2004 y 2005, Hwang aseguraba haber extraído líneas de células madre de embriones humanos clonados. Woo-Suk fue elevado al pedestal de héroe nacional en Corea del Sur antes de descubrirse que su investigación era un fraude. En 2009, fue condenado a dos años de prisión por malversación y violaciones bioéticas, pero la pena quedó en suspenso.

El polémico científico Hwang Woo-Suk

Sooam Biotech clona muchos tipos de animales, incluyendo ganado y cerdos para investigación médica, pero es más conocido por su servicio comercial de venta de perros. Pese a la tarifa de 100.000 dólares, los pedidos para este servicio se multiplican y provienen de todo el mundo, la mitad de ellas de Norteamérica.

Perros clonados en la Sooam Biotech Research Foundation

Las paredes del edificio que alberga la fundación están adornadas con decenas de fotos de caninos clonados junto a sus sonrientes dueños, e incluyen banderas nacionales de países como Estados Unidos, México, Rusia, Japón, China y Alemania. En la mayoría de los casos, los clientes de la fundación prefieren permanecer en el anonimato. Sin embargo, una de las clonaciones más publicitadas fue la de Trakr, un perro policía conocido por haber descubierto al último de los supervivientes tras el ataque del 11 de septiembre de 2001 a las torres gemelas en Nueva York.

Los perros, en sus caniles del centro de Seúl

No obstante, Sooam Biotech no quiere quedarse sólo en la clonación de mascotas. Tras recibir numerosas negativas por parte del Estado surcoreano a su demanda de investigar con células madre humanas, desistió de esta línea de investigación y ahora se está enfocando en otro proyecto ambicioso, como clonar al extinto mamut. Con objetivos de investigación médica, también produjo animales genéticamente modificados o “modelos de enfermedad”, con predisposición para desarrollar Alzheimer, diabetes o ciertos tipos de cáncer.

Una perra, a punto de dar a luz ejemplares clonados

La clínica también colabora con una firma china de biotecnología, Boyalife, para establecer lo que será la mayor fábrica de clonación del mundo en la ciudad portuaria de Tianjin, en el noreste de China. Pero el jefe de los investigadores de Sooam, Jeong Yeon-Woo, asegura que la clonación de perros sigue siendo su servicio favorito por la reacción que provoca en las personas recuperar a su mascota: “Es como si encontraran a su niño perdido”.

Fuente: Clarín