El aislamiento social, preventivo y obligatorio decretado por el gobierno nacional puso en jaque la rutina conocida y obligó a los ciudadanos a reinventar todo lo cotidiano, con el fin de generar adaptación a un contexto que se vuelve cada vez más hostil en tanto avanza la cuarentena. Las mascotas, acostumbradas a ciertas prácticas diarias, también se ven afectadas y el cambio puede repercutir tanto en su salud física como emocional.

“Evidentemente, las mascotas no saben que Alberto Fernández es el presidente y que la COVID-19 es una pandemia, pero saben que no es ni un domingo ni un sábado, y que tiene rutinas parecidas que se vienen repitiendo. Esto altera a cualquier animal”, explicó el Prof. Dr. Juan Enrique Romero, médico veterinario (MN: 3010, MP: 2132). Y agregó: “Los altera negativamente el hecho de no saber qué es lo que está pasando, y positivamente, en el caso del perro y del gato, porque están más cerca de sus referentes más importantes”.

Además, el Profesor mencionó que tanto el perro como el gato advierten las emociones de sus dueños, y los afecta cuando no comprenden cómo pueden compensarlas. “Nuestros mascotas saben lo que nos pasa emocionalmente. Lo que no conocen es el contexto. Si estamos con los ánimos alterados porque de repente hemos generado una nueva rutina, eso va a tener consecuencias negativas”, sentenció.

“Tanto el perro como el gato advierten las emociones de sus dueños y los afecta cuando no comprenden cómo pueden compensarlas”.

Por su parte, Eleonora Stempler, médica veterinaria (MN: 5895), argumentó: “La afinidad que establecen con nosotros hace que nuestros estados de ánimo, sobre todo las situaciones de angustia, tristeza y preocupación, repercutan en nuestras mascotas. Es muy frecuente observar afecciones similares en un humano y su gato o perro, se ve mucho para síntomas físicos como alergias y asma, y también para los emocionales”.

A su vez, la veterinaria resaltó que las mascotas disfrutan de la permanencia de la familia con ellas. “Todo lo que redunde en un mayor tiempo para dedicarles las reconforta. De todos modos, que la familia tenga más tiempo no significa que sea conveniente alterar su rutina, las actividades repetidas a diario les dan seguridad”, explicó.

El aislamiento versus la necesidad
Los expertos concuerdan en que está absolutamente comprobado y no hay evidencia al día de hoy de que el perro o gato padezcan o puedan transmitir la enfermedad. Pero, debido a las condiciones que establece el aislamiento, la rutina de paseo de las mascotas, que resulta imprescindible, debe modificarse.

“En los horarios de paseo, vamos a tener que sacarlas solo media cuadra y no más de 5 o 10 minutos. Si las sacábamos 3 veces, mejor sacarlas 2, o incluso 1”, advirtió el Dr. Romero, y agregó: “Podemos sacar al perro a hacer sus necesidades siempre con collar, correa y bolsa, dejándolo disfrutar en el camino del olfateo y del levantar la pata, sobre todo en un territorio tan restringido”.

“Cuando volvemos de la calle, podemos lavarles las patas y las manos con agua y jabón, y lo mismo el hocico, o hacerlo con toallitas desinfectantes o para bebés. Esa es la recomendación que hacemos desde el Consejo Consultivo COVID-19 del Ministerio de Salud relacionado con animales, y desde las universidades y las entidades veterinarias”, explicó.

Por su parte, la médica Stempler, estableció que la higiene con agua y jabón después de pasear es suficiente, siempre secando bien las patas después de asearlas. A su vez, no recomendó poner sustancias irritantes como alcohol o lavandina, ya que solo servirán para causarles trastornos en la piel.

En concordancia, Ariel Marino, médico veterinario, (Mat CMV N° 7.243), recomendó pasarles a los perros toallitas húmedas sobre el lomo o la piel para limpiarlos y prevenirlos de que no se les apoyen los virus. También aconsejó repasar las patas con un algodón y cloroxilenol, conocido comercialmente como Espadol Dettol.

El día después y la ansiedad por separación
Muchas mascotas sufren lo que se conoce como “hiperapego”, que se traduce como un exceso del vínculo con el ser humano. Si bien la fecha de finalización del aislamiento no parece cercana, es importante comenzar a trabajar ahora con los animales para reducir al máximo la “ansiedad por separación”, que se dará cuando sus dueños retomen su rutina normal y ellos se vuelvan a encontrar sin ese estímulo.

“La ansiedad por separación se manifiesta en un animal que, cuando sus dueños no están, ladra, rompe todo, rasca la puerta, aúlla, se lastima y hace pis y caca en lugares inadecuados”, ejemplificó el Dr. Romero, y sumó que, para evitar esa situación, cuando el animal está solo o se aísla voluntariamente convendría premiarlo.

“La ansiedad por separación se manifiesta en un animal que, cuando sus dueños no están, ladra, rompe todo, rasca la puerta, aúlla, se lastima y hace pis y caca en lugares inadecuados”.

“A las mascotas que son muy excitables o muy ansiosas de base hay que premiarlas para evitar que, el día de mañana, cuando aumente la ausencia, no pasen la barrera de ansiedad por separación y de los que significa el hiperapego”, agregó.

Según sus palabras, dicha premiación debería desarrollarse no jugando sino con algo que no integre la dieta. “Cuando estén descansando y ves que ya hace un rato largo que se aislaron, sin despertarlos, vas y los premias”, destacó, y advirtió la importancia de decirles “Muy bien, muy bien” con un tono amable, siguiendo la ley de tonos.

Devolverles el amor
Como el cambio rotundo en la rutina hogareña también puede ser desequilibrante para las mascotas, hay que considerarlos integrantes de la familia. “Los animales, al igual que las personas, tienen distintos caracteres. Es importante establecer una sociabilización con ellos y controlarlos con la presencia, hablándoles y acariciándolos”, concluyó el veterinario Marino.

Por eso, con disciplina y amor, y siguiendo y respetando todas las indicaciones establecidas para el correcto desarrollo del aislamiento preventivo, podemos lograr que nuestros perros y gatos disfruten de nuestra compañía sin que eso traiga aparejadas connotaciones negativas que podrían afectarlos a largo plazo.

Fuente: ámbito.com