Las visitas al veterinario son fundamentales para la salud de las mascotas. Deben ser regulares, por más que no se detecte ningún signo o síntoma que te haga sospechar de una enfermedad del animal. Esto se debe a que la medicina veterinaria tiende a ser preventiva y apunta a la detección precoz de posibles patologías en sus primeras manifestaciones.
¿Con qué frecuencia hay que llevar a la mascota al veterinario?
Los cachorros deberán ir frecuentemente hasta terminar su plan sanitario. Este depende de cada profesional y de la zona en que habite. Los adultos tienen que ir por lo menos una vez al año, idealmente dos veces al año, siempre y cuando estén en buen estado de salud. Recordar revacunar anualmente por lo menos con la séxtuple y rabia (esta última obligatoria).
¿Todas las mascotas deben ir (perros, gatos, aves, peces, roedores…)?
Deben ir los perros y gatos. Las otras mascotas no necesitan visitas preventivas si no están con síntomas de enfermedad. Es preferible que no salgan de su hábitat, ya que se estresan mucho.
¿Qué tipo de chequeos hace el médico?
Normalmente realizará una anamnesis (recopilación de información a partir de preguntas específicas) y un examen clínico completo. Si es necesario, solicitará estudios complementarios: análisis coproparasitológicos, de sangre, de orina, placas radiográficas, ecografías, entre otros.
¿En qué casos hay que ir con urgencia? ¿Cuáles son los signos de alerta?
Es importante estar atentos a cualquier cambio en la conducta o irregularidad en la morfología o fisiología del organismo del animal, ya que puede ser un signo y/o un síntoma de algún tipo de enfermedad. Hay que tener presente que ellos no pueden expresarse verbalmente como lo hacemos los humanos y, por eso, es nuestra tarea observarlos y acudir a la consulta veterinaria a la brevedad.
Algunos signos y/o síntomas a los que tenemos que estar alertas son:
* Cambios en la conducta habitual (decaimiento, agresividad, nerviosismo).
* Gemidos o aullidos.
* Pupilas dilatadas.
* Rengueras.
* Anorexia (disminución o falta de apetito).
* Polifagia (aumento del apetito).
* Pérdida o aumento de peso.
* Inactividad y letargia
* Gemidos o agresividad al tocar alguna zona de su cuerpo (dolor localizado).
* Arcadas, sialorrea (aumento de la salivación).
* Abdomen dilatado.
* Edema facial (alergias).
* Dificultad para respirar.
* Tos.
* Presencia de secreción en vulva en el caso de las hembras.
* Diarreas y/ vómitos.
* En los gatos dificultad para orinar (Síndrome obstructivo de vías urinarias bajas).
* Polidipsia (aumento en el consumo de agua).
* Poliuria (incremento del volumen de la orina eliminada).
Estos síntomas deben ser tenidos en cuenta y en algunos casos es importante contar con un veterinario que atienda las 24 horas. En otros casos, se podrá esperar a consultar con el médico de cabecera.
Fuente: Clarín