Mediante el análisis de una mecha de fibra se puede conocer el grado de estrés y el bienestar de los animales. Ensayos con cabras angora permiten conocer la relación entre estos indicadores y mejorar el manejo animal en los establecimientos.
El bienestar animal es un aspecto central en la producción de fibras en tanto garantizan mejores condiciones para los animales y la obtención de un producto final de mejor calidad. Un equipo de investigadores del INTA Bariloche evalúa la asociación entre ambos aspectos en cabras de raza Angora con el objetivo de mejorar la calidad del producto de manera integral y ética, sistematizar prácticas de manejo y aumentar los índices productivos.
La calidad de las fibras está asociada a todas aquellas características que son importantes en el procesamiento industrial y el producto final. Además de la finura y el rinde al peine, hay otra variable importante que es el diámetro medio de fibras (DMF) que es el principal indicador de la calidad y precio de la fibra, y es un valor que puede disminuir significativamente bajo condiciones de estrés.
“El conocimiento del comportamiento natural de los animales, así como de los factores que generan una respuesta a estrés, son esenciales para mejorar el manejo y las instalaciones”, señaló María Mercedes Odeón –investigadora del IFAB (INTA-CONICET) – y añadió que para relevar esa información y conocer el estado de bienestar de los animales existen diferentes herramientas convencionales como un estudio de comportamiento, medición de variables fisiológicas y bioquímicas o niveles de hormonas.
El cortisol es la principal hormona involucrada en la respuesta a estrés y se puede evaluar en diferentes tipos de muestra como sangre, saliva, orina y heces. En esa línea, el equipo del área de Producción Animal del INTA Bariloche realizó un ensayo para medir el cortisol en fibras capilares y determinar la actividad histórica del eje hipotálamo-hipófisis-adrenal, que es el principal sistema involucrado en la respuesta a estrés.
La concentración de cortisol en la fibra es un marcador de la “historia” de estrés durante el período de crecimiento de esa fibra. “El cortisol que circula en sangre, va acumulándose en la fibra todos los días”, indicó Odeón, y al mismo tiempo remarcó que esa cuantificación es una herramienta muy útil debido a que el procedimiento de muestreo es sencillo, poco invasivo y permite conocer períodos prolongados en una sola muestra.
“Esto es importante para poder evaluar el estrés crónico, que es cualquier tipo de estrés que continúa por semanas o meses. Nos interesa evaluarlo para conocer en qué momento o qué manejos lo producen y eso nos permite encontrar la causa probable”, señaló la investigadora.
Las situaciones estresantes tienen un costo biológico muy alto para el animal debido a que, para responder al estrés, utiliza energía de otras funciones vitales como la respuesta inmune, la reproducción, el desarrollo corporal o la producción de fibra: “cuantificar esta hormona indicadora del estrés es una herramienta novedosa que nos permitirá evaluar el bienestar de un modo que no se podía realizar con las evaluaciones convencionales”.
Ensayos en fibra de Mohair
Las cabras de Angora en la Norpatagonia se crían en sistemas extensivos fuertemente afectados por las condiciones ambientales y de manejo. La producción de fibra Mohair es uno de los principales productos de esta actividad, y el DMF es una variable que determina su calidad.
El ensayo se realizó con muestras de Mohair de 14 caprinos Angora que fueron criados en condiciones extensivas en el Campo Experimental Pilcaniyeu del INTA Bariloche y luego continuaron en un período de recría invernal con alimentación a corral.
Los animales consumieron una ración de alimento balanceado en forma diaria durante la mañana y se registró el consumo a lo largo de todo el ensayo. Se diferenciaron las muestras de mechas de fibra capilar, se compararon y se determinó que la concentración de cortisol en el período de campo fue mayor que en el de alimentación a corral. Con el manejo de animales en el corral hubo mayor disponibilidad de nutrientes a nivel folicular, un aumento del diámetro medio de fibra y menor estrés para los animales.
Según Odeón, esta herramienta permitió identificar que el encierre a corral no generó más estrés que el registrado en el campo y consideró que “para los animales es más importante tener acceso al reparo, a la comida y al agua frente al malestar que pude llegar a generarles el encierro”.
La cadena de producción de rumiantes menores requiere de la incorporación de estándares de producción ética y sostenible, no solo como proceso de innovación y agregado de valor, sino fundamentalmente para asegurar y satisfacer las demandas y expectativas de la sociedad referidas al manejo de los animales. En este contexto, cobra cada vez más relevancia realizar estudios que vinculen la calidad de la lana, su relación con el ambiente y los sistemas donde se producen.